El miedo. Ese compañero de viaje que todos tenemos pero del que casi nunca hablamos…

Dibujo desde que recuerdo. Cuando era un mico podía dibujar cualquier cosa. Yo que sé… un niño haciendo el pino subido en un burro. No me paraba a pensar si lo iba a hacer bien o mal, o que iban a opinar los demás de mis dibujos. Simplemente HACÍA. Era feliz sentada en la mesa del salón dibujando cualquier cosa…

Con los años y gracias a las vueltas que da la vida, convertí la ilustración en mi profesión (biennnn!!!!) pero durante muchos años de mi vida, no sentía esa sensación de fluidez con la que conectaba de pequeña. De los primeros encargos de ilustración, ni hablamos. Menudo sufrimiento… Cuando un cliente me proponía un trabajo, lo primero que me venía a la cabeza era que no lo iba a hacer bien. Cuando enviaba los bocetos me quedaba preocupada pensando que seguro que los iban a rechazar. Al final, siempre llegaba la inspiración y acababa entregando algo de lo que estaba satisfecha, pero las dudas y el miedo me venían a visitar continuamente, especialmente cada vez que me encargaban algo nuevo.

Y así ha sido durante muchos años. He tenido una profesión que amo, me he sentido muy agradecida por poder dedicarme a lo que me gusta, pero al mismo tiempo he pasado todos estos años en una montaña rusa en la que alternaba subidas de gratitud y de inspiración con bajadas de miedo y dudas «No voy a hacerlo bien» «Soy una ilustradora pésima»… Sí, amigos… esto no se dice cuando alguien te pregunta cómo es tu día a día, pero así es…

Últimamente noto que algo está cambiando. Ese miedo que antes sentía tan claramente empieza a remitir. Ya casi nunca me siento insegura antes de hacer una ilustración. Al contrario. Sé que lo voy a hacer con amor y que si haces las cosas con amor sólo puede quedar BIEN.

Por ejemplo tenía un encargo, hacer un estampado floral para mi amigo Eugenio Loarce. Ni por un momento sentí las dudas que tan bien conozco antes de empezar, y eso que salí totalmente de mi zona de confort. Decidí que sería divertido trabajar con guoache (una técnica que he practicado muy muy poco) Me encontraba ante una temática que no domino y una técnica que casi no conozco pero no tuve miedo. Sabía que me iba a divertir y que iba a quedar bien. Y así fué como simplemente HICE. Sin pensar, sin dudar, disfrutando del momento.

El resultado, lo tenéis aquí. Estoy super contenta con estas flores y con como quedó el estampado. Con estas mismas flores he creado unas postales de gratitud. Para que otras personas puedan utilizarlas para enviar mensajes bonitos.

Me siento agradecida de trabajar exactamente en lo que siempre he soñado y sobre todo, porque estoy muy contenta de haber aprendido a convivir con mis miedos.

Comparto esta experiencia con vosotros porque creo que está bien hablar de nuestros miedos y ser conscientes de que es algo que en mayor o menor medida, nos pasa a todos. En primer lugar no pasa absolutamente nada por tener miedos. Es una reacción natural ante algo desconocido. De hecho hasta diría que mola tener miedos porque eso significa que estás haciendo cosas emocionantes. ¿Cómo se superan? Pues sólo hay un camino que es: EXPONERSE A ELLOS. No dejéis de hacer las cosas que os den miedo, más bien todo lo contrario, hay que hacer exactamente esas porque son las que realmente os importan. Y es que ya lo dice la frase «Valiente no es el que no siente miedo, es el que a pesar del miedo va a por lo que quiere».

¿Te ha gustado mi artículo? Me harás muy feliz si me pones un like. También puedes compartir tus experiencias con nosotros ^^

  • aidapiris@hotmail.com
    15 enero 2015

    Gracias por tus posts!!! este es una verdad como un templo, aunque no es fácil. Muchas veces quedamos bloqueados sin darnos cuenta que a veces es mejor Hacer, aunque no esté a la altura, aunque salga mal, pero hacerlo. Si no, quedamos con medias ideas inacabadas, es mejor una caca, que siempre podras arreglar, o mejorar en un futuro, que no tener nada por culpa del miedo y las dudas.
    Aida

  • Gema EG
    15 enero 2015

    Entiendo perfectamente de lo que hablas. En general la gente suele tender a pensar que los que trabajamos por hacer de nuestra pasión nuestro modo de vida somos unos verdaderos privilegiados (y es cierto…lo somos!), pero todo ese proceso también tiene un lado complejo que a veces no nos deja disfrutar del camino, y vienen los bloqueos, las inseguridades, y uno se siente perdido.

    Por eso, me ha gustado tanto tu post. Porque aunque ese sentimiento es algo muy común, si ponemos todo nuestro empeño, podemos deshacernos de él. Y el que hables de una forma tan sincera sobre esto, y también nos expliques tu propia experiencia de cómo es posible hacerse con él y volver a tomar las riendas de nuestra carrera…es muy, muy animador!

    Me alegro muchísimo de que estés disfrutando de nuevo de hacer lo que más te gusta, porque efectivamente es así como las cosas fluyen y nos superamos a nosotros mismos. Para muestra un botón: el día que vi en tu Instagram tu moleskine boceteada con lo que un tiempo después fue el estampado "Forest" casi se me corta la respiración, todo gracias, si no recuerdo mal, a un retraso en el aeropuerto…y unos trazos que comenzaron por pura diversión se convirtieron en un pattern precioso que hace súper especial cualquier cosa en la que se aplique!

    Charuca: molas mucho.

  • Erica Schiavi
    19 enero 2015

    Me encantó tu post, acabo de conocerte y ya me ganaste con el título! El miedo es mi gran enemigo, el que me paraliza. Parece que sólo fuese mi compañero personal y me doy cuenta que es compañero de todos!! O casi… Pero qué alivio sentimos cuando lo dejamos a un lado, lo superamos y logramos una conquista.

    Seguiré descubriendote…Gracias

Deja tu comentario